EXCELENTÍSIMO AYUNTAMIENTO DE TALAVERA DE LA R.
SR. ALCALDE-PRESIDENTE.
Asunto: Homenaje a las víctimas del terrorismo y la eliminación de los homenajes a golpistas en el callejero de la ciudad.
Sr. Alcalde:
Hace unas fechas tuvimos noticia de la intención de ese Ayuntamiento de homenajear a las víctimas del terrorismo con la colocación de una escultura en la intersección de las avenidas de la Constitución y Juan Carlos I. Esta inauguración tendrá lugar el próximo día 6 de diciembre coincidiendo con el día en que se celebra la proclamación de nuestra Carta Magna. No vamos a entrar en ninguna polémica respecto a la necesidad de que la sociedad recuerde a los que fueron asesinados en atentados terroristas, aunque es de reconocer que solo se hacen homenajes de recuerdo a una parte de las consideradas víctimas y en un momento preciso de nuestra historia. Para nada se tienen en cuenta a otras víctimas de un terror organizado por aquellos que no hace muchos años sembraron de miedo, cadáveres, represión y tortura nuestro país. A las víctimas de más de cuarenta años de una sangrienta dictadura impuesta, precisamente, por un sistema basado en el principio del terror y por lo tanto comandado por terroristas.
Hoy, después de más de setenta años del inicio sanguinario de estos terroristas y golpistas, de treinta y cinco años de la muerte de su más visible genocida, siguen apareciendo calles con los nombres de aquellos cómplices necesarios para el fin que se habían propuesto, eliminar a los que defendieron la legalidad, la democracia y la constitución de la República. Y casualidad que ustedes disponen de erigir un monumento de homenaje a las víctimas del terrorismo en un lugar donde a escasos metros siguen existiendo homenajes a los terroristas que se sublevaron contra la democracia. Por no extendernos en la relación de calles le ponemos el ejemplo de la calle del general moscardó a pocos metros del lugar donde se instalará la nueva escultura.
Le recuerdo a usted, que la denominada Ley de la memoria histórica establece lo siguiente en su artículo 15: «Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas». «Lo previsto en el apartado anterior no será de aplicación cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley».
Permítame que le diga, en nombre de las víctimas del franquismo, de los cientos de ciudadanos que aún están desperdigados en fosas por campos y cunetas, en fosas (como la del cementerio de Talavera), de aquellos que sufrieron la represión, el exilio, la cárcel, la muerte, que nos parece de un cinismo rayano a la desfachatez. Cuando se mira hacia otro lado, quizás por comodidad, por no molestar, por motivos electorales, o tal vez pensando en que a uno no le va a tocar, le recordaría el poema de Bertolt Brecht o, tal vez, le evocaría que hubo un tiempo donde nuestros deudos pensaron en construir una sociedad mejor, pero que la reacción lo impidió y que los represaliados lo fueron por defender la causa de la libertad, sobre todo los cargos electos, y entre ellos los municipales, y entre ellos los del partido en que Usted milita, el PSOE, y que la mayoría eran militantes de su partido.
Considero que es una vergüenza para la ciudad de Talavera y sus ciudadanos que aparezcan en el callejero personas que jurídicamente pueden ser calificados de criminales de guerra. En España se fusilo hasta 1949, con saña a toda persona sospechosa de militancia o afiliación de izquierdas o simplemente a republicanos de tendencia moderada o incluso conservadora, aunque en menor medida los crímenes prosiguieron hasta 1.975, con juicios sumarísimos y fusilamientos.
Según el la Carta de Londres de 8 de agosto de 1945, son "crímenes contra la humanidad" el "asesinato, exterminio, esclavitud, deportación y cualquier otro acto inhumano contra la población civil, o persecución por motivos religiosos, raciales o políticos, cuando dichos actos o persecuciones se hacen en conexión con cualquier crimen contra la paz o en cualquier crimen de guerra".
En 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas confirmó los principios de Derecho internacional reconocidos por el Estatuto del Tribunal y proclamó la resolución 96 (I) sobre el crimen de genocidio, que define como "una negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros", entre ellos los "raciales, religiosos o políticos", instando a tomar las medidas necesarias para la prevención y sanción de este crimen.
Y el régimen franquista cumplió con creces todas las expectativas.
Un saludo.
Emilio Sales Almazán
Presidente del Foro por la Memoria de Toledo.
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