Sin embargo leyendo el artículo de Gonzalo Sánchez en Tercera Información, “MADRID SIGUE RINDIENDO TRIBUTO A LA DICTADURA DE FRANCO”, coincido con él en que la falta de determinación a la hora de aplicar la Ley de Memoria Histórica. Esta, desde un principio recibida con bastantes reticencias por parte de muchos grupos, se suponía una herramienta por la que empezar a rehabilitar una parte de la historia que se quiere seguir manteniendo enterrada en el fango y las cunetas. Pero sus propias ambigüedades que no ha sido capaz de superar, su falta de plazos a la hora de su cumplimiento y los continuos recortes a los que han sido sometidas, por parte del gobierno del PSOE, las propuestas de los grupos de izquierdas para mejorarla, la hacen insuficiente, en muchos aspectos.
Existe mucha flojera a la hora de juzgar al franquismo, tanto social, política y judicialmente. La primera, parte por tantos años instaurado en el miedo social, parte por el desconocimiento y la poca información, y sesgada, que ha llegado al conjunto de la sociedad. Política y judicialmente ante la indefensión de los que se atreven a sacar el tema en instituciones que no se han desprendido aun por completo de la carcoma franquista.
Y mientras tanto, en medio de este indefensión tenemos que seguir paseando por calles con nombres de asesinos, monolitos levantados en honor a los golpistas e instituciones doblegadas al antiguo régimen fascista, que ilegítimamente, ocupo y oscureció un periodo demasiado largo de nuestra historia.
En abril en La Torre de Esteban Hambrán se dio un gran paso para reivindicar el sitio que se merecen los que defendieron la libertad frente al lugar que ocupan los que atacaron y destruyeron esa libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario